No importa cómo gaste el dinero en comida (comer fuera, cocinar, vegetariana o carnívora), el gasto consume mucho de su presupuesto mensual. Los costos pueden elevarse si se ha comprometido con una dieta nutritiva que dependa en gran medida de las verduras frescas y el pescado. Usted puede obtener el presupuesto de alimentos bajo control. Hay formas de reducir a la mitad la factura mensual del supermercado sin renunciar a los ingredientes saludables. Comience centrándose en la salud, no en el gasto. Piense en estos trucos como una base para una alimentación saludable en lugar de solo una manera de reducir el gasto.

  1. Limitar la frecuencia de gasto.

Digamos que usted va a un restaurante o recoge comida para llevar cuatro veces a la semana. Reduzca a dos o tres veces por semana en lugar de establecer un límite en la cantidad que destina a comer afuera. Cambiar hábitos es más fácil que enfocarse en recortar gastos.



  1. Planee los menús antes de comprar comestibles .

Tómese 30 minutos para planificar los menús para las próximas dos semanas. Revise sus gabinetes de cocina y no duplique lo que ya tiene a mano. Revise el baño en busca de pasta de dientes y papel higiénico para que no se agote y tenga que hacer otro viaje a la tienda de comestibles para las necesidades indispensables.

  1. Inventario de lo que hay en el congelador .

Olvidé lo que hay en el congelador, y apuesto a que tú también. Haga un inventario de su congelador y mantenga en su refrigerador una lista que actualice cada dos semanas cuando planifique su próxima ronda de comidas.

  1. Limite las compras de comestibles a tres veces por mes.

Las personas que comen muchas frutas y verduras frescas creen que necesitan hacer la compra dos veces por semana, pero no lo hacen. Lleve a la casa los productos perecederos, prepárelos de inmediato y guárdelos en recipientes herméticos. Incluso las verduras más delicadas suelen durar al menos 10 días.



  1. Planee un día de “preparación de comida” .

La posibilidad de volver a casa después de un arduo día de trabajo y pasar una hora o más en la cocina para preparar la cena en la mesa nos envía a muchos de nosotros directamente al teléfono para pedir una pizza. Esa estrategia destruye tanto el presupuesto como su meta para una alimentación saludable.

En lugar de dejarte a la merced de la comida de último minuto, planifica con anticipación. Designe un día para cocinar un lote de grapas que usará para la próxima semana. Preparar arroz y frijoles o vegetales de raíz. Asar un pollo o hacer una cazuela para congelar. Pre-cocinar cosas que puedes tirar en tazones de grano o ensaladas. Prepárese para un salteado o un favorito de la familia para sacar del congelador el día anterior.

  1. Deja espacio para comida de confort .

Hay ocasiones en las que simplemente no queremos comer de manera saludable y nos gustan las huelgas para llevar. Deje espacio en su plan de comidas para obtener alimentos que le suenen mejor que para llevar. Piense macarrones con queso o un sándwich de queso a la parrilla. Hacer comida casera es más barato y puede encontrar maneras de hacerlo más saludable que su emporio local de comida para llevar.



  1. Guarde algunos bocadillos saludables.

Si se muere de hambre cuando llega a casa, no quiere demorar en comer. Mantenga bocadillos saludables a mano para que no tenga que recurrir a la comida chatarra cargada de calorías. Piense en huevos duros, queso en tiras, nueces, manzanas, semillas de girasol, rodajas de pimiento rojo, palitos de zanahoria, hummus, apio, frutas secas, etc.

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