Los tiempos están cambiando ... y las expectativas de los hombres para el vello púbico están cambiando con eso. Un nuevo estudio publicado en la edición de enero de 2015 de Journal of Sexual Medicine encontró que el 60 por ciento de los hombres en edad universitaria prefieren que sus parejas no tengan vello púbico. Seis mil hombres y mujeres en edad universitaria de una gran universidad pública del Medio Oeste y una pequeña Universidad pública del sur participó en el estudio. Como explica Women's Health, la encuesta examinó cómo los participantes se peinaban el vello púbico y lo que esperaban de sus parejas. Seis de cada 10 hombres dijeron que preferían que las mujeres no tuvieran pelo; en consecuencia, la mitad de las mujeres en realidad se quedan desnudas. (Solo uno de cada cinco hombres quedó sin vello púbico, lo que, francamente, me parece mucho.) En general, el 95% de los partipantes de ambos sexos se habían llevado las tijeras al vello púbico en algún momento del mes pasado, ya sea para recortar o para eliminarlo por completo. El método más común de depilación pública fue el afeitado. La mayoría de los participantes que no se arreglaron en absoluto eran tíos. No en absoluto sorprendente, el estudio encontró que las mujeres tenían más probabilidades de asociar el aseo del vello púbico con "sentimientos de limpieza, comodidad, atractivo sexual, [y] normas sociales de su grupo de pares". Las mujeres también fueron las que experimentaron las más comunes. efecto secundario de picazón genital. A cada uno lo suyo, por supuesto. Pero no puedo evitar preocuparme si los adultos jóvenes han internalizado mensajes sobre el mantenimiento del vello púbico desde sus mayores hasta el punto de que solo es un hecho. La depilación con bikini brasileña, es decir, quitándolo todo, se hizo muy popular a mediados de la década de 1990, incluso antes de que nacieran estos estudiantes universitarios. Hoy en día, la expectativa parece ser que recortar y depilar su vello púbico privado sea tan frecuente y necesario como que le arranquen las cejas tupidas públicamente. A pesar de que las mujeres jóvenes son libres de tomar la decisión de recortar o encerar, la presión sobre ellas para unirse a esta "norma" social ahora es preocupante.