En el Imperio Romano, tanto hombres como mujeres usaban lápiz labial como muestra de riqueza; solo las clases altas podían comprar pintura para labios hecha con mercurio (peligroso) que venía en tonos de moda de merlot y púrpura. Así que la próxima vez que los labios de tu compañero se pongan un poco rojos con tu brillo, solo ve con eso.