Nuestras habilidades de supervivencia nos están matando. El cuerpo humano se ha convertido en una máquina de acumulación de grasa. Los alimentos que nuestros cuerpos no usan inmediatamente para obtener energía se almacenan rápidamente como grasa, y convertimos esta grasa en combustible para nuestros cerebros y músculos cuando la comida escasea. Esto fue una gran cosa para nuestros antepasados ​​que no sabían cuándo sería su próxima comida. Pero para nosotros, con nuestros restaurantes y nuestros pasillos llenos de comida chatarra, este mecanismo de supervivencia está causando estragos en nuestra salud.

Cerca de 72 millones de estadounidenses, más de un tercio de todos los adultos, son obesos. La afección aumenta sustancialmente el riesgo de una larga lista de enfermedades, que incluyen enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, presión arterial alta, diabetes tipo 2, infertilidad, enfermedad de Alzheimer y cáncer de endometrio, mama, próstata y colon.



La forma más sencilla de determinar si es obeso es mediante el cálculo de su índice de masa corporal (IMC), la relación entre su peso y su altura. Los adultos con un IMC de 25 o más se consideran con sobrepeso; Con un IMC de 30 o más, se consideran obesos. (Obtenga su IMC con nuestra calculadora de IMC en línea).

Wow hecho

Las tasas de obesidad están aumentando entre los niños y adolescentes. Como resultado, la diabetes tipo 2 y otras enfermedades crónicas son cada vez más comunes entre los jóvenes. Nuestros hijos pueden convertirse en la primera generación en la historia moderna en vivir vidas más cortas que sus padres.

Por supuesto, los genes desempeñan un papel importante en la determinación de la obesidad: algunos de nosotros almacenamos grasa con mayor facilidad y la eliminamos con mayor facilidad que otros, incluso si seguimos los mismos programas de alimentación y ejercicio.



Los factores ambientales también influyen en la obesidad. Los cambios drásticos en nuestra sociedad en los últimos 30 años nos han llevado a un entorno para el que nuestros cuerpos no fueron construidos. Pasamos más tiempo sentados, manejando y comiendo grandes porciones de alimentos altos en calorías y grasas que nunca. Y pasamos menos tiempo siendo físicamente activos.

Pero independientemente de los motivos del aumento de la obesidad, mantener un peso saludable en última instancia se reduce a equilibrar la cantidad de calorías que come y bebe con la cantidad de calorías que quema a través del ejercicio y las actividades diarias. Y todos tenemos el poder de lograr este equilibrio. Todos los días podemos elegir comer de manera diferente, mover nuestro cuerpo más y disfrutar de una vida más saludable.