Hay una razón emocional por la que te encantan los macarrones con queso, el puré de papas y tu comida casera favorita. Los platos pueden tener un impacto profundo en nuestro estado mental. Una nueva investigación ha encontrado que ciertos alimentos resuenan emocionalmente con nosotros debido a su conexión con nuestra infancia y con las personas que nos sirvieron la comida (probablemente, la madre o el padre). Por lo tanto, comer estos alimentos no solo le hace cosquillas a sus papilas gustativas, sino que le recuerdan un momento reconfortante en su juventud, que lo llena de sentimientos de nostalgia cálidos y difusos. Si tenemos una asociación positiva con la persona que nos dio de comer cuando éramos niños, recurriremos a la comida en momentos de aislamiento o rechazo. Por eso es que amamos los macarrones con queso. La pregunta ahora es cómo decir no cuando está sobre la mesa.



¿Te Atreves A Soñar? (Mayo 2024).