¿El simple hecho de quitarte un suéter te hace más propenso a llorar o menos capaz de ejercer el autocontrol? ¡Por supuesto no! Pero la gente cree que sí. Un nuevo estudio, publicado en el Diario de Personalidad y Psicología Social, encontró que cuando los hombres y las mujeres muestran más piel, otros asumen que son más emocionales, menos capaces y aún menos morales. Esencialmente, hay dos maneras de pensar en otra persona: como un agente (alguien con inteligencia, ambición, autocontrol) o un experimentador (alguien emocional, sensual). Las características que imaginas que alguien tiene en un momento dado se reducen al contexto, y un poco de torcedura. En una serie de seis experimentos, los investigadores demostraron que cuando nos enfocamos en el cuerpo de alguien (juzgando su atractivo o viéndolo en topless), Asumimos que la persona es un experimentador, que absorbe el mundo a su alrededor pero es menos capaz de hacerse cargo de sus vidas. Cuando la misma persona está completamente vestida, asumimos que son menos emocionales y perfectamente capaces de manejar su "sabes qué". La clave aquí es que vemos que otros tienen una mente diferente cuando estamos enfocados en sus cuerpos.