Todos conocemos a esas personas con pies perpetuamente apestosos, tal vez usted sea uno de ellos. Este hedor es un resultado directo de las bacterias que se forman cuando los pies sudan. Asegúrese siempre de lavar y secar completamente los pies para evitar que crezcan las bacterias. Si los exfolia con regularidad, también ayudará a reducir el factor del mal aliento. Para ayudar a absorber la humedad, saque el polvo con el polvo, enfóquese más en las plantas y entre los dedos de los pies donde las bacterias tienden a estar al acecho. Remojar los pies también es útil, especialmente en un recipiente con agua tibia y sal de Epsom, que ayuda a expulsar el sudor y el exceso de toxinas que acumulan los pies a lo largo de su ajetreado día. Además, no use los mismos calcetines y zapatos durante días consecutivos si puede evitarlo. Deje que sus zapatos se ventilen durante 24 horas después de usarlos y, si es posible, reemplace sus plantillas cada 2 o 3 meses, dependiendo del nivel de actividad: son lugares de cultivo para bacterias.



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